Terminó la Semana de la Moda de Milán, uno de los encuentros más importantes para el mundo de la moda masculina.
Modelos y celebridades desfilaron por pasarelas y alfombras rojas en más de 30 espectáculos y decenas de salas de exposición de colecciones durante primavera/verano 2011 y que transcurrió en medio de tibias señales de recuperación económica.
Las ventas de trajes a la medida, corbatas y zapatos de cuero bajaron un 11,3 por ciento a 8.000 millones de euros en 2009, uno de los peores años para la moda masculina italiana, según desveló la web Sistema Moda Italia, representante de la industria textil y de moda de Italia.
"Esta edición será particularmente importante para calcular el ritmo de la recuperación, que ciertamente está en desarrollo, pero cuyo vigor debe fortalecerse", comentó a través de un comunicado Mario Boselli, presidente de la Cámara Nacional de la Moda Italiana.
La Semana de la Moda de Milán fue una sutil reivindicación del lujo y una fuerte apuesta por algunas marcas a lo ecológico.
Gucci, Versace, Prada, Armani y todos los grandes nombres de la moda, pusieron a disposición del hombre moderno todas las tendencias para sus guardarropas para el próximo verano.
Uno de los que más sorprendió fue el diseñador italiano Giorgio Armani. Revolucionó la pasarela con un hombre desaliñado y deportivo que desafía a los cortes más clásicos sin renunciar a su elegancia pero con una transgresión que tiene nombre propio: la americana.
La propuesta de Armani para la temporada primavera-verano 2011, que contó entre sus espectadores con el cantante puertorriqueño Ricky Martin, cerró un certamen que dejó claras sus intenciones de renovar el armario masculino, con muchas reticencias a la corbata y a la camisa.
